Lydia Chaparro (Fundació ENT), junto con Ignacio Fresco (consultor en política y legislación marina), han escrito un artículo en EFE verde sobre la necesidad de eliminar aquellos subsidios que perjudican los océanos. 

El artículo expone que la sobrepesca continúa siendo actualmente una de las mayores amenazas que afectan a nuestros océanos, y los subsidios perjudiciales al sector pesquero una de las principales causas de dicha sobreexplotación.
Por estos motivos, en el marco de las negociaciones que están teniendo lugar actualmente sobre el futuro Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP) −fondo estructural de la Unión Europea (UE) dotado de 6 billones de euros−, los autores muestran su preocupación sobre el hecho que el Estado español esté haciendo lobby, junto con otros países europeos, para reintroducir subsidios que contribuirán a la renovación y la modernización de la flota pesquera en Europa, un hecho que volvería a fomentar la sobrepesca en lugar de la tan necesaria transición ecológica del sector.

Además, añaden que el FEMP, cuyo paquete financiero se ejecutará entre 2021 y 2027, tiene como objetivo apoyar la implementación de la Política Pesquera Común (PPC) y por consiguiente promover la consecución de una pesca y acuicultura sostenibles. La reintroducción de subsidios perjudiciales sería una decisión nefasta teniendo en cuenta los niveles sin precedentes de degradación marina al que nos enfrentamos, una degradación que no solo está asociada a la elevada presión pesquera actual, sino también a los impactos generados por el calentamiento global, la contaminación, la destrucción de hábitats o la pérdida de biodiversidad.

Paralelamente, y debido a la gran crisis económica y social que se prevé como consecuencia de la pandemia Covid-19, los autores consideran que es necesario que la UE y los Estados miembro demuestren un claro liderazgo y aceleren el cambio hacia una transición de la economía que respete los límites del planeta y proteja y restaure los ecosistemas naturales. Por ello, añaden la necesidad que se promuevan únicamente aquellas medidas que fomenten una la transición hacia un modelo mucho menos dependiente a los combustibles fósiles y una conversión hacia pesquerías de bajo impacto ambiental.

Concluyen el artículo exponiendo que la pandemia ha puesto de relieve muchos aspectos vitales en el ámbito alimentario y de la pesca, demostrando la importancia de la soberanía alimentaria y de tener unos ecosistemas en buen estado de salud, así como la importancia de tener unas comunidades costeras bien organizadas para proveer de productos frescos y de calidad. Por ello, las futuras ayudas financieras al sector de la pesca y la acuicultura deben de contribuir a que éstos sean totalmente sostenibles y de bajo impacto, creando empleos duraderos, protegiendo la biodiversidad marina y haciendo que el sector sea más resistente a las crisis futuras, incluyendo las crisis climáticas y de biodiversidad a las que también debemos hacer frente.

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