La introducción de criterios ecológicos en el diseño del sistema tributario lo convierte en un potente instrumento de política ambiental. Éste puede actuar en un doble sentido, por un lado reduciendo mediante beneficios fiscales las cargas tributarias de las actividades que se deseen estimular, y por otro aumentando la carga impositiva a actividades que deben ser desincentivadas, como pueden ser las intensivas en el uso de recursos naturales.

En cualquier caso, la obtención de ingresos debe considerarse en general como un resultado adicional -no el objetivo- de los tributos ecológicos.
Existen diversas experiencias en todo el mundo de utilización de instrumentos económicos para gestionar el turismo. Mientras en algunos casos estos instrumentos son utilizados como una herramienta para incentivar el turismo, por ejemplo a través de subsidios para la construcción de establecimientos turísticos, en otros el turismo es utilizado como factor generador de los ingresos públicos. En la mayoría de casos, los tributos turísticos son utilizados con una finalidad estrictamente recaudadora, sin embargo, analizaremos a continuación tres experiencias de impuestos turísticos enfocados a generar recursos para la conservación del medio ambiente. La primera experiencia es el Impuesto sobre Estancias en Establecimientos Turísticos de Alojamiento de las Islas Baleares (España). Posteriormente describiremos el Fondo de fideicomiso de Belice y, finalmente, la Tasa de Preservación Ambiental del archipiélago de Fernando de Noronha (Brasil).

autoría

Ignasi Puig

fecha

2003

publicación

Revista de Orientación tributaria

referencia bibliográfica

Hercowitz, M., Puig, I. (2003) Fiscalidad ambiental y turismo. Impuestos, Revista de Orientación tributaria, 117: 10-15.