Marga López | Fundació ENT

Enero de 2022

 

La emergencia climática es un hecho. Desde hace décadas. Pero ha sido necesario encontrarnos en una situación límite para empezar a escuchar. Lo de ponerse realmente a trabajar en ello aún es una cuestión de tiempo. Se están perdiendo las grandes masas forestales, de hecho, ya están produciendo más CO2 del que capturan (Gatti et al., 2020), el hielo de las regiones polares se va convirtiendo en líquido y amenaza las zonas costeras, la biodiversidad animal y vegetal va desapareciendo con gran impacto en las zonas agrícolas. Las grandes potencias tienen la mirada en zonas como el Ártico o las selvas para aprovechar sus recursos naturales que, de hecho, nos pertenecen a todos.

La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad y disponibilidad de espacios amplios y libre en los entornos urbanos. Con intención de garantizar la seguridad cuando nos dejaron salir de nuevo a la calle necesitábamos guardar la distancia respecto a otras personas, lo que no ponía en una situación de compromiso en caso de que decidiéramos salir todos a la misma hora a tomar el sol. Una recomendación habitual indica que el espacio verde en zonas urbanas no debería ser inferior a 10-15m2 por habitante. En una comarca densificada como es el Baix Llobregat (Catalunya), con una población superior a los 830.000 habitantes (Idescat), esta disponibilidad debería ser, como mínimo de 834 ha. La realidad, sin embargo, es que cada persona dispone de 5,8 m2 de superficies total, que si la referimos a zona de bosque disminuye a 2,3 m2. Y si se refiere a los parques urbanos (web Turisme del Baix Llobregat) desciende por debajo de 1 m2. Son muchos los estudios que han demostrado los beneficios para la salud de los espacios verdes urbanos (Röbbel, 2020; FAO, 2016), como la mejor capacidad intelectual de los niños o la menor mortalidad (Rojas-Rueda et al., 2019; Bijnenens et al., 2020). Así, algunas recomendaciones indican que las personas deberían disponer a menos de 300 m de distancia o 5 minutos a pie de una zona verde para el recreo (European Environment Agency, 2002; Natural England, 2010; ten Brink et al, 2016; WHO, 2016) y en esta comarca solo se cumple para aquellas personas que viven en los límites urbanos o que realmente tienen cerca un parque urbano. La planificación de los espacios libres, pese a tener un largo recorrido, no ha estado siempre bien definida ni concordante con las necesidades (Domènec, nd).

El Baix Llobregat es una comarca agrícola por naturaleza dada la riqueza que sus tierras deltaicas, que presenta productos identitarios como la alcachofa Prat, el espárrago de Gavà, la cereza del Baix Llobregat y gallo pata azul. Además, está también el propio delta del río Llobregat, con más de 900 ha declaradas ZEPA protegidas por la Xarxa Natura 2000, de las cuales prácticamente 500 ha son Reserva Natural Parcial (web Espais Naturals del Delta del Llobregat). Estas zonas están amenazadas por la construcción residencial y por la ampliación del aeropuerto de Barcelona.

La velocidad desaforada de construcción, que tuvo su apogeo entre finales de los años 90 y mediados de los 2000, propició que en Catalunya se iniciasen más de 120.000 promociones de las cuales solo 80.000 se finalizaron (Gencat, 2020). Con la crisis económica, la nueva construcción se redujo a valores inferiores a 20.000 y el ritmo de finalización se harmonizó con el de construcción. La densidad de población en la comarca pasó de 1.347 habitantes por km2 en 1998 a 1.714 en 2021. Sólo en España durante el año 2005 se construyó más vivienda que en el conjunto de otros países como Francia, Alemania y el Reino Unido (Puig-Ventosa, 2009).

Las previsiones crecimiento poblacional para la tasa bruta de crecimiento de la comarca vienen experimentando un descenso continuado en los últimos años, alcanzando un valor de 0,25 habitantes por cada mil en 2020 (Idescat). Es decir, un incremento de 210 personas. En el conjunto de los municipios que conforman el ámbito metropolitano se ha experimentado una regresión anual de -0,9 habitantes por cada mil. Este último período ha estado marcado por la pandemia, la incorporación del teletrabajo en muchos empleos o la necesidad de nuevas iniciativas laborales, lo que ha podido fomentar el movimiento poblacional hacia zonas alejadas del ámbito metropolitano.

Incluso así, se continúan fomentando promociones de vivienda en una zona ya muy presionada como es el Baix Llobregat. Actualmente hay una planificación urbanística de más de 30 proyectos con una afectación de casi 2.000 ha de las cuales unas 700 albergarán cerca de 70.000 nuevas viviendas. Planes que provienen del siglo pasado y que no han estado actualizados a las condiciones actuales, tan cambiantes en los últimos tiempos. En una comarca en la que el crecimiento esperado está en claro descenso, se incrementa la superficie asfaltada y se pierden posibilidades de aumentar el espacio para las personas. En estas condiciones difícilmente se pueden alcanzar los 10-15 m2 por persona recomendados. Quizás haya suficiente espacio físico para soportar este crecimiento urbanístico, pero claramente no es sostenible ni necesario en las condiciones actuales. En toda la comarca el número de viviendas vacías ronda el 10% del total (Idescat).

En proyectos innovadores sobre Ciudades Verdes se promueve la creación de espacios verdes reales alternativos a los existentes y con objetivo de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (FAO, 2020a; FAO, 2020b), lo que no es lo mismo que acompañar de espacios verdes las urbanizaciones de nueva creación, que incrementan el número de personas a la vez que se reduce el espacio libre. En las promociones urbanísticas, con el fin de simular mayor espacio verde, los parterres, plazas o pequeñas zonas ajardinadas son consideradas como tales.

A menudo, las decisiones relacionadas con los planes de ciudades verdes se encuentran en manos de responsables políticos con cargos de relevancia relacionados con la sostenibilidad (Jornada Green Cities, 2021) que se contraponen con sus actuaciones a nivel local.

Los espacios verdes como parques, jardines, plazas, et., han jugado tradicionalmente un papel muy importante en la sociedad y algunos están muy arraigados a la vida de los municipios, siendo un vínculo intergeneracional y entre estratos sociales diversos. Son espacios que han cumplido funciones de centros de reunión, actividades sociales, integración vecinal, acontecimientos, deportes y, en fin, espacios abiertos libres donde se puede disfrutar dentro de los entornos urbanos de un pedazo de naturaleza, como los huertos urbanos, que recuperan actividades ya desligadas de la vida urbanita y que no tienen cabida si no se preservan zonas realmente libres de asfalto. El frecuente abandono y consiguiente degradación de estas zonas es a menudo la razón que justifica su mutación hacia la urbanización y privatización del terreno, implicando un beneficio mucho más lucrativo a la vez que se pierde un espacio libre y comunitario.

Es evidente que para las administraciones locales los ingresos procedentes de todo lo relacionado con la construcción suponen una fuente principal debido a las tasas e impuestos que se derivan (Puig-Ventosa, 2009) y quepueden representar el 50% o más, tal y como se puede ver en los presupuestos públicos de los ayuntamientos. No obstante, dadas las circunstancias actuales de emergencia climática, social y sanitaria, ya sería hora que estas administraciones hicieran esfuerzos para encontrar alternativas mejores y tener más imaginación a la hora de buscar recursos económicos. Y no, no es una cuestión de ignorancia. Es una cuestión de valoración, a veces subjetiva, parcial, interesada y sesgada. Hay cosas que no deberían tener precio, cuyo valor es incalculable de cara al papel que tienen para la sociedad. Como los espacios verdes urbanos. Un parterre no debería ser considerado una zona verde. Un edificio verde no es una zona verde. Restaurar un camino no es ampliar zonas verdes… Hay que hacer coincidir los intereses, sobre todo económicos, con las necesidades reales y no las impuestas. Si esto no sucede, el concepto de sostenibilidad falla y todo lo demás solo serán parches.

¿Cómo llegamosa las zonas polares? Bien, se podría hacer la siguiente asociación: la gente que está contenta en su entorno disfruta de él, lo utiliza, lo frecuenta y por tanto fomenta que haya mantenimiento de esos espacios. Valora lo que tiene cerca y lo defiende, porque le satisface las necesidades. Hace vida de barrio, participa del comercio local, mejora la salud y refuerza la comunicación con la comunidad. Si además puede teletrabajar, no precisa de ir más lejos, al menos en sus rutinas diarias. Reduce el transporte, tanto público como privado, y por tanto el consumo energético. Reduce su huella ecológica. Y en consecuencia, contribuye a reducir la degradación de las zonas polares.

Puede ser utópico, pero si se pierden estos espacios ya no habrá utopía en la que pensar. Pensemos en los que estamos haciendo. Y esto del Baix Llobregat y algunos de sus municipios no es más que un pequeño ejemplo…

 

Referencias

GENCAT, 2020. Informe sobre el sector de l’habitatge a Catalunya. Disponible a : https://habitatge.gencat.cat/web/.content/home/dades/estadistiques/03_Informe_sobre_el_sector_de_l_habitatge_a_Catalunya/informe_sobre_el_sector_de_lhabitatge_a_catalunya/docs/Informe_20.pdf.  Data de consulta 12/1/2022

Bijnens, E.M., Derom, C., Thiery, E., Weyers, S., Nawrot, T.S. 2020. Residential green space and child intelligence and behavior across urban, suburban, and rural areas in Belgium: A longitudinal birth cohort study of twins. PLoS Med 17(8): e1003213. DOI:https://doi.org/10.1371/journal.pmed.1003213

Domènech, M. nd. La planificació i gestió dels espais lliures a la província de Barcelona Evolució i progressos al llarg de tres dècades. https://parcs.diba.cat/web/documentacio/articles/article-1

Espais Naturals del Delta del Llobregat. http://www.deltallobregat.cat/

European Environment Agency, 2002. Towards an urban atlas. Assessment of spatial data on 25 European cities and urban areas. Environmental issue report No 30. https://op.europa.eu/en/publication-detail/-/publication/ca1e63d7-0bc6-4ce3-88f7-a592750f2e0a

FAO. 2016. Beneficios de los árboles urbanos. https://www.fao.org/3/C0024S/c0024s.pdf

FAO. 2020a. Green Cities Initiative – Green cities action programme: building back better. https://www.fao.org/3/cb0848en/cb0848en.pdf

FAO. 2020b. Ciudades verdes: para reconstruir mejor en aras de los ODS – Un nuevo e importante proyecto. https://www.fao.org/3/cb0828es/cb0828es.pdf; https://www.fao.org/3/cb0827es/cb0827es.pdf

Gatti, L.V, Basso, L.S., Miller, J.B., Gloor, M., Gatti Domingues, L., Cassol, H.L.G., Tejada, G., Aragão, L.E.O.C., Nobre, C., Peters, W., Marani, L., Arai, E., Sanches, A.H., Corrêa, S.M., Anderson, L., von Randow, C., Correia, C.S.C., Crispim, S.P., Neves, R.A.L. 2020. Amazonia as a carbon source linked to deforestation and climate change. Nature, 7867(595):388—393. DOI: 10.1038/s41586-021-03629-6. https://www.nature.com/articles/s41586-021-03629-6.epdf?sharing_token=Ga9Zd-incby0mSNpbj61BtRgN0jAjWel9jnR3ZoTv0NILaci0q8CXtVe4JKM-xF0Z0ZQpmJpnpSclAjJeIV-vMROrntYFZcliSmQhl3T4dWu6rdGb2qHTNrY7q6aOXn4GJedrMpyF3-V14-cgpSqEbEaLvhaftZlOku9D8XH7W5vGGoKNYWR5KpiBGHq204tCL6_hdVVUUIUEKBBdKBhjg%3D%3D&tracking_referrer=www.bbc.com

IDESCAT. https://www.idescat.cat/

Jornada Green Cities, 2021. https://greencities.fycma.com/wp-content/uploads/2021/07/Programme-Greencities-S-Moving-2021.pdf

Natural England, 2010. Nature Nearby: Accessible Natural Greenspace Guidance. http://www.ukmaburbanforum.co.uk/docunents/other/nature_nearby.pdf

Puig-Ventosa, I. 2009. The unsustainable dependence of Sapnish local treasuries on taxes and charges related to construction activities. In: Cottrell, J., Milne, J.E., Ashiabor, H., Kreiser, L., Deketelaere, K. Critical issues in environmental taxation. International and comparative perspectives. Volume VI. Oxford University Press. p:661-679.

Röbbel, N. 2020. Los espacios verdes: un recurso indispensable para lograr una salud sostenible en las zonas urbanas. https://www.un.org/es/chronicle/article/los-espacios-verdes-un-recurso-indispensable-para-lograr-una-salud-sostenible-en-las-zonas-urbanas

Rojas-Rueda, D., Nieuwenhuijsen, M.J., Gascon, M., Perez-Leon, D., Mudu, P. 2019. Green spaces and mortality: a systematic review and meta-analysis of cohort studies. Lancet Planet Health 2019; 3: 469–77. DOI:https://doi.org/10.1016/S2542-5196(19)30215-3

ten Brink P., Mutafoglu K., Schweitzer J-P., Kettunen M., Twigger-Ross C., Baker J., Kuipers Y., Emonts M., Tyrväinen L., Hujala T. and Ojala A. 2016. The Health and Social Benefits of Nature and Biodiversity Protection. A report for the European Commission (ENV.B.3/ETU/2014/0039), Institute for European Environmental Policy, London/Brussels.

Turisme del Baix Llobregat. https://www.turismebaixllobregat.com/ca/parcs-jardins

WHO, 2016. Urban green spaces and Health. https://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0005/321971/Urban-green-spaces-and-health-review-evidence.pdf