Juanjo Iraegui (ENT)

La actual crisis económica está alcanzando límites difíciles de imaginar, especialmente en momentos en los que se nadaba en la abundancia. Las consecuencias están siendo dramáticas en muchos sectores y para la sociedad en general. La devaluación y los recortes nos hacen retroceder en un bienestar que durante unos cuantos años se había impulsado notablemente, aunque ahora vemos que tal vez de manera artificial.

El sector de la energía también está sufriendo estas consecuencias, pero en una dirección totalmente opuesta. Contrario a lo que se podía pensar hace unos años, caracterizados por un incumplimiento de los objetivos marcados en España en materia energética y de cambio climático, ahora, con casi seis años de recesión económica, ya estamos en disposición de cumplir estos objetivos.

Vemos algunos datos significativos. El consumo de energía primaria del año 2012 se sitúa en niveles del 2000, sufriendo una disminución del 10% desde su máximo en 2007. Las fuentes energéticas que han reducido notablemente su contribución han sido el petróleo y el gas natural. El consumo de petróleo para uso final se redujo en el período 2007-2012 en un 26%. Las mayores reducciones correspondieron a las gasolinas con un 31% y los gasóleos con un 26%. Por su parte, el consumo de gas natural se ha reducido en un 19% para el período 2008-2012.

Hay cuestiones muy interesantes para analizar sobre lo que ha sucedido hasta ahora en el actual modelo energético, pero también resulta aún más interesante ver cómo evolucionará en los próximos años, por no decir meses. Estaremos pendientes e iremos informando en detalle.