Esta madrugada han terminado las negociaciones del Consejo de Ministros de Pesca de la UE en la que han fijado los límites de pesca para 2018 para la mayor parte de las poblaciones de peces de interés comercial del Atlántico Nororiental. En la mayoría de los casos, los límites de pesca de gran interés para la flota española se han establecido un año más por encima del criterio científico, perpetuando así la sobrepesca para algunas poblaciones. Para algunas de las especies en estado más crítico, como la sardina o la anguila, el compromiso alcanzado por el Consejo podría resultar claramente insuficiente.
Como cada año por estas fechas, los Ministerios de Pesca de los Veintiocho se han reunido para negociar los Totales Admisibles de Capturas (TAC) y las cuotas para 2018 para la mayor parte de las poblaciones de peces de interés comercial del Atlántico Nororiental. Este año se ha batido un nuevo récord y las negociaciones han sido más largas de lo habitual, llegándo a un acuerdo final hacia las 7 de la mañana de este miércoles.
Aunque la Comisión ha indicado en su rueda de prensa matinal que 2/3 de las poblaciones de peces estarán sujetas en 2018 a límites de pesca sostenibles, estas negociaciones continúan sin ofrecer la transparencia necesaria y además el avance realizado para acabar con la sobrepesca en la UE continúa siendo demasiado lento.
Durante este Consejo de Ministros de la UE, numerosos Estados miembros han vuelto a pujar al alza los cupos de captura sobrepasando los límites de pesca por encima de los niveles sostenibles recomendados por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) para un buen número de poblaciones. En las negociaciones llevadas a cabo el año pasado, el Consejo estableció un 55% de los límites de pesca de la UE por encima de las recomendaciones científicas [i]. Este año, 21 de las 31 poblaciones de gran interés para la flota española se han establecido por encima de los límites sostenibles (es decir en un 68% de los casos se ha superado la recomendación científica).
El reglamento que regula la pesca en la Unión Europea, la Política Pesquera Común (PPC), en vigor desde enero de 2014, contiene objetivos y plazos vinculantes para alcanzar una pesca sostenible. Concretamente obliga a acabar con la sobrepesca, si ello es posible, en 2015, y de forma progresiva y paulatina, a más tardar en 2020 para todas las poblaciones. Sin embargo, a fecha de hoy, según el último informe publicado por la Comisión Europea, el 41% de las poblaciones en el Atlántico Nororiental y Mar del Norte siguen sujetas a sobrepesca.
Para conseguir restablecer las poblaciones de peces a niveles saludables antes de 2020, tal y como obliga la UE, es imprescindible que ministras y ministros europeos sigan las recomendaciones científicas a la hora de establecer las oportunidades de pesca. Y, aunque es responsabilidad de cada uno de los Estados miembros acabar con la sobrepesca, España es uno de los países de la UE que ha establecido históricamente más límites de pesca por encima de las recomendaciones científicas, lugar que comparte junto con Reino Unido y Portugal, entre otros, tal y como indica un artículo científico publicado en Marine Policy [ii].
Si bien es cierto que la proporción de poblaciones para las cuales se establecen límites de captura por encima la recomendación científica ha disminuido en los últimos años, el progreso en pos de acabar con la sobrepesca todavía es demasiado lento. Este hecho ha sido confirmado por el último informe del STECF, donde se destaca que el avance para permitir que se mantengan o se recuperen todas las poblaciones a niveles sostenibles antes de 2020 está siendo demasiado lento[iii].
Aunque todavía es pronto para poder ofrecer un análisis completo sobre los límites de pesca establecidos esta mañana por el Consejo de Ministros, los datos preliminares indican que el Consejo no ha sido lo suficientemente ambicioso. Para la anguila, por ejemplo, una especie catalogada en peligro crítico, se ha acordado una veda de pesca de 3 meses a determinar por los Estados miembros, una medida que no permitirá recuperar la delicada situación de esta especie. Para la sardina, en estado crítico en aguas atlánticas ibéricas, el consejo científico recomendaba el cierre de la pesquería, sin embargo España y Portugal proponen un plan de gestión que no será revisado hasta el próximo año.
Con respecto a determinadas cuotas de interés pesquero para la flota española, como el merlán en el Golfo de Vizcaya y Cantábrico, el Consejo de Ministros ha acordado su captura en 2.540 toneladas. Sin embargo, el consejo científico recomendaba para 2018 unas capturas no superiores a las 1.613 toneladas (permitiéndose así una pesca un 57% superior a su límite sostenible). La solla, cuyo consejo científico recomendaba unas capturas deseadas no superiores a las 194 toneladas, se ha legislado un límite de pesca de 395 toneladas (un 104% superior). Para la población de merluza del sur, el consejo científico establecía una captura de 8.561 toneladas, pero finalmente el Consejo de Ministros ha decidido un límite de captura de 9.258 toneladas (es decir, un 8% por encima del consejo científico o un 15% si tenemos en cuenta el top-up).
Por el lado contrario, muy pocas poblaciones están siendo gestionadas de forma sostenible y gozan de buena salud. Este es por ejemplo el caso de los rapes en el Mar Cantábrico y aguas del Atlántico ibérico, cuyo límite se ha establecido en 3.955 toneladas (un 13% por debajo del consejo científico). Así como del jurel, cuyo límite se ha establecido en 55.555 toneladas (en sintonía con el consejo científico). Un caso que debería ser la norma y no la excepción.
Cabe destacar que tan solo quedan dos años para cumplir la fecha límite de 2020, y además se ha de garantizar la cobertura total de la obligación de desembarque y reducir al máximo las capturas no deseadas, por lo que los retos continúan siendo muy importantes. Por otro lado, tal y como indican numerosos artículos científicos y la propia Comisión Europea, la flota de la Unión podría mejorar sustancialmente sus beneficios económicos si la biomasa de todas las poblaciones explotadas se recuperara hasta alcanzar unos niveles sostenibles.
Por estos y muchos otros motivos es extremadamente importante incrementar la recolección y de datos y el monitoreo de las poblaciones y avanzar hacia el cumplimiento de la normativa comunitaria que incluye, entre otras obligaciones, la necesidad de repartir las cuotas en base a criterios sociales y ambientales. Un hecho que garantizaría un reparto más justo y equitativo entre las diferentes flotas y comunidades pesqueras, y ayudaría a proteger a la parte de la flota más sostenible desde un punto de vista ambiental y social.
[ii] Carpenter, G., Kleinjans, R., Villasante, S., and O’Leary, B. C. 2016. Landing the blame: The influence of EU Member States on quota setting. Marine Policy, 64: 9–15 (Link).