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Los juveniles (pezqueñines) seguirán desprotegidos si no se cubren sus zonas de agregación y si los cierres no marcan una diferencia con medidas ya existentes.

Tras largas y dilatadas negociaciones con el sector pesquero durante los últimos meses en las que la sociedad civil no ha podido participar, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado la Orden APA/753/2020 con los nuevos cierres a la flota de arrastre con el objetivo de proteger los juveniles de merluza en el caladero mediterráneo. Oceana y la Fundació ENT valoran las medidas aprobadas como un paso adelante pero insuficiente, y apuntan a que son necesarias medidas más decididas para solventar la crisis de la especie – la más sobreexplotada en aguas europeas y mediterráneas.

Estos cierres enmiendan la Orden APA/423/2020 publicada en mayo complementando las vedas que en principio reflejaba, y finalmente incluyendo áreas en aguas andaluzas y el Levante (GSA 1 y GSA 6 – ver mapa), tal y como pedían las ONGs y establecía la legislación europea.

Cierres propuestos ya existentes

Los nuevos cierres incluidos en la orden en la zona de Levante, aunque suponen una mejora respecto al texto anterior, siguen siendo insuficientes. Por ejemplo, para reducir las capturas de juveniles se contabilizan algunas áreas que en la práctica ya no estaban siendo explotadas porque existían acuerdos previos voluntarios entre los pescadores. En definitiva, su incorporación a la Orden no supone ningún avance ni disminución real en la presión que sufren los juveniles.

Tras la publicación de la Orden Ministerial el mayo pasado, Oceana advirtió que las medidas inicialmente incluidas no cumplían con las exigencias mínimas legales que fijó el Reglamento Europeo en 2019, ya que no se contemplaban zonas de cierre ni en la costa andaluza ni en el Levante, y no se daba cobertura a zonas donde se concentran los juveniles según los estudios científicos más recientes.

Según Nicolas Fournier, Director de campaña de Oceana “Los cierres en aguas andaluzas son mínimos y en el Levante gran parte coinciden con acuerdos ya existentes, además se siguen obviando dónde realmente se concentran los juveniles. Por tanto, estas vedas no son más que un tímido paso para mejorar el alarmante estado de la merluza en la costa mediterránea española. Aunque son una medida básica para la sostenibilidad de la merluza, es necesario continuar reduciendo la presión pesquera tal y como aconsejan los científicos, y no sólo para merluza sino para todas las especies que regula la Orden”.

Miquel Ortega de la Fundació ENT añade “Hay que reforzar las medidas con zonas de cierre permanente para la recuperación de las especies comerciales y del ecosistema marino que las mantiene, ya que existen experiencias que demuestran su efectividad ecológica y beneficio económico para el sector”.
Tanto Oceana como la Fundació ENT han intentado colaborar en el proceso de forma proactiva enviando documentación científica y diferentes propuestas que podrían contribuir a la protección de juveniles en el Mediterráneo español y por ende a la sostenibilidad de los caladeros.

NOTA EDITORIAL: La merluza, según los últimos datos de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo, se sobreexplota entre 6,5-7 veces por encima de niveles sostenibles en aguas españolas, y por encima de 15 veces en el caladero del Golfo de León compartido con Francia. Por ello es necesario tanto proteger las zonas donde se concentran los juveniles para garantizar la sostenibilidad de la especie, así como continuar reduciendo la presión pesquera sobre el recurso en su conjunto.