Maria Calaf Forn | ENT

Noviembre 2017

 

A fecha de noviembre de 2017, hay sólo 3 municipios catalanes donde se aplican sistemas de pago por generación (PxG) a nivel doméstico y comercial (Argentona (2010), Miravet (2011) y Rasquera (2011), todos con modelo de pago por bolsa), y con previsión de que en enero de 2018 dos municipios más (Vilablareix y Riudecanyes) implanten este tipo de sistemas con un modelo de pago por cubo con identificación automática (el primer caso se define de entrada como un pago por participación por las fracciones envases y FORM). Además, dos municipios más lo están estudiando y también prevén implantarlo durante 2018 mediante sistemas de PxG por cubo con identificación automática. La tendencia de estancamiento observada hasta 2016 parece, pues, que se esté revirtiendo ligeramente.

En las Islas Baleares, hay ya 9 municipios con sistema de pago por generación por bolsa, todos con la llamada bolsa roja, y alguno más en estudio. Son los municipios mallorquines de Esporles (2009), Santa Maria de la Salut (2014), Binissalem (2014), Porreres (2016), Mancor de la Vall, Campanet, Búger, Santa Maria y Alaró (2017) (los 5 últimos y Binissalem pertenecen a la misma Mancomunidad de Es Raiguer). Analizando el contexto vigente en Mallorca desde hace bastantes años, es fácil de entender el por qué: a pesar de que no hay ningún canon de residuos que desincentive el tratamiento finalista, tienen un sistema de gestión monopolizado, enrocado, basado en la incineración de residuos a unos costes elevadísimos, que hace que a los municipios les salga a cuenta optar por modelos con altos niveles de recogida selectiva. Por último, en el País Vasco sólo hay un municipio, Usurbil, con un sistema de PxG por cubo con identificación automática para la fracción resto.

A nivel catalán, han hecho falta los siguientes incentivos para promover tanto el desarrollo de sistemas de PxG como la recogida selectiva puerta a puerta (PaP): (1) en primer lugar, los nuevos objetivos del PRECAT20, de un 60% de recogida selectiva para el 2020; así como la apuesta clara en el mismo Programa por los sistemas de PxG; (2) la Ley 5/2017, de 28 de marzo, que aprobó nuevos incrementos del canon hasta 2020, llegando a los 47,10 €/t en 2020 para vertedero y 23,20 €/t para incineración; (3) la presencia de subvenciones para sacar adelante este tipo de proyectos, donde la tecnología y el material de implantación es subvencionable; y (4) el mantenimiento de la devolución del canon para la recogida y tratamiento de la FORM. En paralelo, es relevante mencionar la Estrategia para la implantación de sistemas de PxG en Cataluña que elaboró ​​la Agencia de Residuos de Cataluña, a pesar de que en gran medida sigue pendiente de desplegar.

Estos elementos, si bien han hecho despertar sólo sutilmente el interés en desplegar nuevos sistemas de pago por generación, han creado un marco potente para promover una expansión masiva de los municipios con recogida selectiva puerta a puerta. En 2010 ya más de 90 municipios contaban con este modelo de recogida; a 2016 la cifra estaba en 128 municipios (unos 300.000 habitantes); actualmente supera los 130 municipios y las previsiones para los próximos 3 años (2017, 2018 y 2019) son de 117 nuevos municipios (con unos 148.000 habitantes adicionales). Será de la mano de la recogida puerta a puerta que se verá impulsado el PxG a corto y medio plazo.

Por otra parte, los sistemas de recogida de residuos con contenedores cerrados en la vía pública con apertura mediante tarjeta magnética (como herramienta que potencialmente posibilita el PxG donde no se hace PaP) son todavía prácticamente inexistentes en Cataluña. En el País Vasco se conocen las experiencias de algunos municipios como Donostia, Arrasate, Eibar, Hondarribia, Bergara y dos municipios de la Mancomunidad Sasieta de los que se conocen los resultados. A buena parte de ellos se han instalado sistemas de cierre de los contenedores de FORM y resto con apertura regulada sólo algunos días a la semana mediante tarjeta magnética. Los resultados de mejora de la recogida selectiva, aunque por el momento no se vinculan a la tasa de residuos, son bastante buenos, principalmente debido a que desaparece el anonimato en la entrega. También están documentadas las pruebas piloto de identificación de usuario en contenedores y uso de bolsas estandarizadas con código de usuario que se están desarrollando en la Garrotxa (Argelaguer, Santa Pau y Sant Joan les Fonts) para las fracciones envases y resto.

Estos son unos modelos aún incipientes, y la tecnología que mayoritariamente se ha empleado (económicamente bastante asequible) todavía no es lo suficientemente robusta, ocasionando en la mayoría de localidades algunos problemas de apertura y cierre. Para futuras implantaciones, sería recomendable apostar por tecnologías más robustas, tipo chamber system o similares: con sistemas de cámara o con sensores de llenado que permiten medir, por lo menos aproximadamente, el volumen o peso del residuo depositado y que por tanto, permitirían vincular el uso que se hace de los contenedores con la tasa de residuos, aplicándose el concepto de pago por generación. Estas tecnologías, a pesar de ser más caras en el momento de inversión, presentan menos incidencias y son más eficientes en resultados de recogida selectiva, y con menores costes de mantenimiento a largo plazo.

Finalmente, hay que avanzar en la aplicación de lo que el PRECAT llama sistemas de ‘pago por generación indirecto’, consistentes en discriminar las tasas en función de la calle o barrio, o incluso a nivel de municipio en el caso de mancomunidades que presten servicios de recogida y/o tratamiento. El tramo variable de la Tasa Metropolitana de Tratamiento de Residuos (TMTR), vigente de 2004 a 2017, es un ejemplo. Se trata de una medida con potencial y de bajo coste.

Otro ámbito con mucho potencial a corto plazo es avanzar en el pago por generación sólo sobre generadores comerciales, siguiendo los pasos de Barcelona, ​​Canet de Mar, Reus u otros.

En resumen, los sistemas de PxG presentan numerosas variantes y todas ellas tienen el potencial de contribuir a la mejora de los resultados de recogida selectiva de residuos. Este potencial y la experiencia de otros países sugieren comenzar a recorrer este camino.