Del 16 al 19 de julio la Fundació ENT hemos participado en la reunión en Tirana del “Comité de seguimiento” y sus dos subgrupos de trabajo: “pesca ilegal, no regulada y no registrada” y “sistemas de seguimiento”, de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM). La CPGM es el organismo de la FAO a través de la que se acuerdan entre todos los países costeros las normas de pesca en las aguas internacionales del Mediterráneo y el Mar Negro.

En los últimos años se han hecho avances significativos en encontrar puntos en común para mejorar la gestión de las pesquerías. Se han regulado aspectos tan importantes como la prohibición del arrastre por debajo de los 1000 metros, o el establecimiento de zonas de restricción pesquera en zonas de alto valor ecológico o en zonas de cría de algunas especies de alto valor comercial . Hoy en día tenemos zonas de restricción pesquera en determinados espacios del Golfo de León, del estrecho de Sicilia, del marco Adriático, frente al Nilo, o algunas zonas de Grecia. También se ha avanzado significativamente en las obligaciones de los Estados de informar sobre las características de la pesca y la flota que tienen, facilitando así una mejor gestión pesquera en las pesquerías compartidas.

Desgraciadamente estos acuerdos no siempre se están cumpliendo, y para tratar de superar esta barrera se ha creado el Comité de Seguimiento, encargado de supervisar hasta qué punto se está generando papel mojado o transformando la realidad. Esta semana hemos visto como la Unión Europea presionaba claramente al resto de países para cumplir los acuerdos. Algunos tan importantes como el que establece que todas las embarcaciones por encima de 15 metros deben dotarse de sistemas de seguimiento que permitan saber dónde están pescando. Hace 10 años que todos los países de la CGPM se comprometieron a implementarlo en sus respectivos países, en un acuerdo de obligado cumplimiento, pero países como Egipto o Israel aún no lo han desplegado totalmente. También se evidenció que todavía muchos países no cumplen sus obligaciones de transmitir información pesquera. Finalmente, hemos visto cómo se presentaban evidencias que aún se incumplen en demasiadas ocasiones las obligaciones de no pescar en las Zonas de Restricción Pesquera y hemos hecho propuestas para evitarlo.

En el Mediterráneo por primera vez en muchos años se percibe un esfuerzo político para mejorar la gestión pesquera, pero con más del 80% de los stocks sobreexplotados, un cumplimiento aún deficiente de los acuerdos adoptados, y una normativa aún no suficientemente ambiciosa, estamos muy lejos del objetivo que retóricamente todos compartimos: una pesca sostenible que garantice el buen estado de los ecosistemas marinos. Para alcanzar este objetivo necesitamos voluntad política … y tal como hemos visto en el Comité de Seguimiento establecer mecanismos de sanciones para los países que no sean capaces de convertir los compromisos adquiridos en hechos.