Como cada año por estas fechas, la Comisión Europea ha abierto el periodo de consulta pública lanzando la «Comunicación sobre las posibilidades de pesca para 2018«.
En este documento de consulta, que sirve de informe anual para el Parlamento y el Consejo Europeo sobre los progresos realizados para lograr los objetivos de la Política Pesquera Común (PPC), la Comisión pretende informar sobre los cambios en el estado de las poblaciones, la aplicación progresiva de la obligación de desembarque por parte de la flota y, entre otros, establece los principios que subyacen a las propuestas de la Comisión relativas a las posibilidades de pesca para 2018.
Con respecto a los avances en la consecución de una pesca sostenible, la Comunicación indica que la biomasa en el Atlántico Nororiental ha aumentado un 35% entre el periodo 2003 y 2015, y que en los últimos años ha mejorado el equilibrio entre la capacidad pesquera y las posibilidades de pesca de toda la flota de la Unión. A su vez, en el anexo acompañando la Comunicación se indica que el 41% de las poblaciones de peces en el Atlántico Nororiental están sobrepescadas. Con respecto al Mediterráneo su situación es aún peor, el documento pone en relieve el grave estado de explotación que sufre este mar, donde la biomasa de las poblaciones ha decrecido un 20% entre el periodo 2003 y 2015, pero también señala el importante acuerdo político alcanzado para el Mediterráneo a través de la Declaración Ministerial MedFish4Ever.
Ahora bien, la propia Comisión reconoce que es necesario seguir esforzándose, en particular para disminuir los elevados niveles de sobrepesca en el Mediterráneo, reducir el número de poblaciones explotadas por encima de los niveles rendimiento máximo sostenible (FRMS) en el Atlántico Nororiental y la necesidad de aplicar la obligación de desembarque.
En el caso del Mediterráneo, la Comisión reconoce que la sobrepesca es muy elevada y que la mortalidad por pesca de algunas poblaciones como la merluza, el salmonete de roca, el rape negro y la bacaladilla han llegado a ser hasta seis veces superiores a los niveles sostenibles. Datos que demuestran el frágil estado del Mediterráneo y del futuro de numerosas comunidades pesqueras que dependen de estos recursos para poder continuar con su actividad extractiva tradicional. Ahora bien, la Comisión indica que alcanzar una pesca sostenible en este mar sigue siendo difícil, y entre los principales motivos acusa al elevado número de buques de pesca artesanal. Si bien es cierto que el control y el monitoreo sobre las embarcaciones artesanales en el Mediterráneo deben mejorar, la Comisión omite mencionar al resto de flotas de carácter semi-industrial e industrial que también operan en este mar. Embarcaciones que infringen un mayor impacto ambiental y unas tasas de descartes y de consumo de combustible muy superiores a las de la flota artesanal.
En cambio, según la Comunicación de la Comisión, para el conjunto de las aguas noroccidentales de Europa la situación parece estar mejorando, un buen ejemplo es la población de merluza del norte que sigue creciendo, sin embargo otras especies continúan registrando graves problemas y queda un largo camino para poner fin a la sobrepesca. Este es el caso del bacalao y del merlán en el Mar de Irlanda, cuyas pobaciones se han visto gravemente mermadas, así como el bacalao en el Mar Céltico, cuya población está agotada. Con respecto al mar Ibérico y el golfo de Vizcaya, las buenas noticias son principalmente para el rape y el jurel, cuyas poblaciones están en buen estado de salud y se capturan a niveles sostenibles.
Con respecto a la Comunicación, una vez pasado el periodo de consulta pública (abierto hasta septiembre de 2017) la Comisión propondrá las posibilidades de pesca para 2018 de las principales especies comerciales del Atlántico Nororiental. Posteriormente, la decisión recaerá sobre el Consejo de Ministros de Pesca de la UE que decidirá finalmente los límites de pesca. Unas negociaciones que tendrán lugar en diciembre muy posiblemente a puerta cerrada y en las que muchos Ministros tienen como tradición pujar al alza los límites de pesca, omitiendo frecuentemente las recomendaciones científicas y en ocasiones hasta la propia propuesta de la Comisión.
Tal y como hicimos en años anteriores, la Fundació ENT participará en el proceso de consulta de la Comisión Europea con el fin de enfatizar la necesidad de poner fin a la sobrepesca como muy tarde en 2020 –tal y como obliga la PPC- y asegurar que prevalezca el consejo científico a la hora de establecer los límites de pesca. Teniendo en cuenta que prolongar la sobrepesca sólo debilita la socioeconomía del sector pesquero y la consecución de una pesca sostenible y próspera, es necesario recordar a quienes toman las decisiones que seguir las recomendaciones científicas y cumplir con los requisitos de la PPC no sólo es una obligación legal, sino que a medio y largo a plazo sale a cuenta.