Hace 8 años que la organización New Economics Foundation (NEF) calcula los niveles de “pescado dependencia” de la Unión Europea y de cada uno de sus Estados miembros. Los países que producen tanto o más pescado del que consumen son autosuficientes, los que consumen más de lo que producen son “pescado dependientes”, es decir, dependen de pescado de otras zonas del planeta para mantener sus niveles de consumo. Un hecho que puede causar – por ejemplo – impactos sociales y económicos sobre zonas o países que necesitan estos recursos para alimentarse mucho más que la Unión Europea. Más del 50% de las importaciones de pescado y mariscos a la UE provienen de países en desarrollo, un 38% en el caso de España, por lo que tenemos una gran responsabilidad a la hora de asegurarnos de que sólo nos proveemos de productos provenientes de fuentes sostenibles y responsables.
El resultado del informe de 2017 incluye comparaciones entre los resultados de este año y los resultados de informes anteriores, ilustrando así hasta qué punto la Unión Europea depende de productos del mar procedentes de fuera del continente. Esta investigación también estima cómo los niveles de autosuficiencia podrían aumentar si algunas poblaciones de peces europeas no sufriesen sobrepesca, es decir, si estuviesen gestionadas de manera sostenible conforme a su rendimiento máximo sostenible (RMS).
El informe destaca que España es el tercer país europeo que consume más pescado, unos 42 kg por persona y año, el doble que la media europea, justo detrás de Portugal que se sitúa en primera posición con 54 kg y de Lituania con 44 kg. Debido a este consumo elevado, aproximadamente tres de cada cinco pescados consumidos en el Estado español provienen de aguas extranjeras. Si España solo se abasteciese del pescado que la flota española captura en aguas europeas, al ritmo de consumo actual nos quedaríamos sin pescado a principios de mayo, concretamente a partir de mañana, día 9 de mayo. Para el conjunto de la UE, el día de la dependencia de pescado es el 6 de julio, lo que indica que la mitad del consumo de pescado en la UE procede de aguas extracomunitarias.
El informe de NEF muestra un año más que el nivel de autosuficiencia de la UE sigue siendo demasiado bajo, el consumo de pescado sigue siendo elevado y, si bien la productividad de las poblaciones de peces en el Atlántico Nororiental está aumentando, el grado de sobreexplotación en las aguas de la UE sigue siendo demasiado elevado. Sin embargo, también refleja algunos datos optimistas. El informe “pescado dependencia” indica que, si al menos 43 poblaciones de peces (de las 150 del Atlántico nororiental) se restableciesen a niveles sostenibles, el índice de autosuficiencia aumentaría casi un mes y medio (43 días), retrasando el día de dependencia de pescado en España del 9 de mayo hasta el 21 de junio.
Otras investigaciones llevadas a cabo por nef, también recogidas en este informe, demuestran que una gestión sostenible de la pesca aumentaría las capturas, los ingresos y también crearía más puestos de trabajo. Concretamente, restablecer las poblaciones de peces a niveles sostenibles en aguas de la UE podría ofrecer anualmente: más de 2 millones de toneladas adicionales de pescado, más de 800 millones de euros adicionales de beneficios netos y hasta 60 mil nuevos puestos de trabajo ligados al sector pesquero. El informe destaca que “estos datos ponen de relieve que los Estados miembros de la UE tienen que mirar más allá de los costos a corto plazo a la hora de gestionar sus pesquerías y darse cuenta que una explotación sostenible a largo plazo tiene el potencial de ofrecer mayores beneficios de los que se obtienen en la actualidad”.
Las aguas de la UE son mares potencialmente ricos y productivos, capaces de ofrecer suministros de pescado de forma estable en el tiempo, así como empleo y numerosos otros beneficios para las comunidades costeras y para la ciudadanía en general. Pero años de sobrecapacidad pesquera, caso omiso de las recomendaciones científicas, escasa implementación y cumplimiento de las normativas, junto con la falta de una correcta gestión pesquera, han contribuido a reducir el suministro de pescado y marisco en aguas europeas.
Lydia Chaparro, ecóloga marina de la Fundació ENT, declara que “en los últimos años los ministros de pesca europeos han establecido la mitad de los límites de pesca por encima de los niveles recomendados por los científicos. Y este año tampoco ha sido una excepción. Tal y como marca la Política Pesquera Común, Europa debe poner fin a la sobrepesca como muy tarde en 2020, pero a día de hoy el 48% de las poblaciones de peces evaluadas en el Atlántico se encuentran sobreexplotadas, cifra que asciende al 93% en el Mediterráneo. Los Ministros de Pesca de los 28 avanzan muy lentamente hacia la implementación de la política pesquera común, y en concreto en la consecución de una pesca sostenible, responsable y próspera. Una mala praxis que debe corregirse en el menor tiempo posible”.
El principal mensaje de este informe es que el aumento del consumo de pescado en un contexto de poblaciones sobreexplotadas es ambientalmente inviable y socialmente injusto. Nuestro elevado consumo está «exportando» la sobreexplotación pesquera a otras zonas del planeta, un hecho que puede afectar el autoabastecimiento de pescado y la soberanía alimentaria en regiones más pobres. Pero también pretende enfatizar que, aunque hay mucho por mejorar, la experiencia demuestra que cuando la gestión pesquera se hace bien y se siguen las recomendaciones científicas, los stocks se recuperan tal como se ha visto con el atún rojo en el Mediterráneo y el bacalao en el Mar del Norte, y esté es precisamente el camino que los Estados miembros deben seguir.
Las organizaciones ecologistas que trabajan en temas pesqueros en España llevan años alertando de la necesidad de una mejor gestión pesquera, de restablecer las poblaciones a niveles sostenibles, y de fomentar un consumo más responsable de pescado y marisco. Para difundir esta información entre la ciudadanía, numerosas ONG disponen de folletos, guías y, más recientemente, de aplicaciones que ayudan a los ciudadanos elegir con más criterio los productos que adquirimos. Entre algunas de las herramientas más destacadas encontramos la Guía de consumo de pescado de WWF que ha creado una aplicación (para móviles y web) que analiza exhaustivamente más de 80 especies de pescado y marisco; La Guía de consumo de pescado de Greenpeace, que consta también de una aplicación web que permite a los consumidores identificar rápida y sencillamente cuál es el pescado de temporada y; entre otras, también destaca Sin mala espina, la Guía de consumo de Ecologistas en Acción que analiza el estado de explotación de las 71 especies más consumidas.