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Juanjo Iraegui Navarro (ENT)

Mayo 2016

En los últimos años, el gobierno del Estado español decidió que había llegado el momento, no sólo de dejar de impulsar las energías renovables, sino también de entorpecer su desarrollo.

Si nos centramos en las energías renovables para la generación de energía eléctrica, vemos que para los actuales niveles de consumo de energía, se ha alcanzado el objetivo de generación que lo sitúa alrededor del 40% de aprovechamiento de estas fuentes de energía. Aún así, hay que tener presente que se está lejos de cumplir con los objetivos de potencia instalada establecidos en el PANER 2011-2020 (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, 2010). La explicación la encontramos en el hecho de que el consumo de energía eléctrica ha bajado en torno al 7% durante el periodo 2008-2013. Es decir, la tasa media anual de reducción ha pasado a ser del 1,1% anual, cuando en el período desde 1990 hasta 2008 la tasa anual fue del 6,4% (Red Eléctrica de España, 2016). Todo esto lleva a concluir que en el momento que vuelva a aumentar el consumo de energía eléctrica se reducirá, de facto, la contribución de las energías renovables, haciendo incumplir los compromisos adquiridos por el Estado español para el año 2020.

Las acciones más determinantes llevadas a cabo por el gobierno español para detener el desarrollo de las renovables han sido, por un lado, revisar de manera unilateral las condiciones de la retribución a la generación del Régimen Especial empeorandolas de manera considerable, y de otra parte, regular el autoconsumo creando el llamado «impuesto al sol».

Uno de los argumentos para adoptar la primera de estas medidas, ha sido el elevado coste que representa la prima a las energías renovables. Es cierto que las energías renovables representan alrededor del 40% del coste de las actividades reguladas, pero también es cierto que reducen los costes de generación en el mercado. Algunos estudios que analizan el fenómeno conocido como ‘mérito-order effect’ concluyen que el impacto de un GWh adicional producido por fuentes de energía renovable conlleva la reducción del precio de la energía eléctrica en el mercado alrededor de 1-1,9 €/MWh (Gelabert, Labandeira, & Linares, 2011) (Würzburg, Labandeira, & Linares, 2013). Estos estudios sostienen que el balance económico final de las energías renovables es neutro.

Este efecto está resultando especialmente determinante para estos primeros meses de 2016. La elevada pluviometría ha permitido una mayor producción hidráulica, lo que ha contribuido a que el precio de la energía eléctrica en el mercado diario se haya reducido un 40% (Operador del Mercado Ibérico de la Energía, 2016).

Para finalizar este editorial, tenemos que añadir una información, quizá la más importante, y es que la energía eólica y fotovoltaica están llegando a la paridad de red con otras tecnologías que previamente eran más competitivas (Lazard, 2015). Es decir, si las políticas adoptadas por el gobierno no dificultaran su desarrollo, estas tecnologías podrían crecer de manera importante.

Referencias

Gelabert, L., Labandeira, X., & Linares, P. (2011). Renewable Energy and Electricity Prices in Spain. Economics for Energy, Working Paper WP01.
Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía. (2010). Plan de acción nacional de energías renovables de españa (paner) 2011 – 2020, 173.
Lazard. (2015). Lazard’s levelized cost of energy analysis — version 9.0, (November).
Operador del Mercado Ibérico de la Energía. (2016). INT_INTERANU_PFM_DEM_01_01_1998_31_12_2222.
Red Eléctrica de España. (2016). 1_balances_de_energia_electrica_abr16.
Würzburg, K., Labandeira, X., & Linares, P. (2013). Renewable generation and electricity prices: Taking stock and new evidence for Germany and Austria. Energy Economics40, 159–171.