Ecologistas en Acción, Fundació ENT, Seas At Risk y SEO/BirdLife muestran su preocupación ante la posición de los europarlamentarios españoles con respecto al futuro Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).
El próximo 4 de abril, los miembros del Parlamento Europeo decidirán cómo invertir alrededor de 6.000 millones de euros de los contribuyentes europeos entre 2021 y 2027 para actividades relacionadas con el océano, en el marco del nuevo FEMP.
Como es bien sabido, el medio marino se enfrenta actualmente a una degradación ambiental sin precedentes como consecuencia de múltiples presiones de origen antrópico, que incluyen, entre otras, la excesiva presión pesquera, el calentamiento global y la contaminación marina (metales pesados, hidrocarburos, basuras, ruido submarino, etc.). Con el dinero disponible mediante el FEMP se podrían llevar a cabo acciones decididas que podrían marcar un cambio de rumbo para mejorar la salud del medio marino, recuperar sus hábitats y permitir la regeneración de la vida marina en nuestros mares.
En esta línea, se podría financiar por ejemplo la gestión, restauración y monitoreo de las áreas marinas protegidas; la recopilación de datos sobre la contaminación por plásticos; la lucha contra las infracciones y los delitos ambientales; o medidas para poner fin a la muerte accidental de aves, mamíferos, tortugas, tiburones y otros animales marinos por parte de las actividades pesqueras. Con la ayuda de este fondo europeo, los pescadores también podrían colaborar en programas científicos para recopilar datos sobre el medio marino o probar equipos de pesca más respetuosos con el ecosistema.
Además, el FEMP podría ayudar a los pescadores de forma directa, por ejemplo ofreciéndoles instalaciones adecuadas para recoger los artes de pesca perdidos y las basuras recolectadas en el mar, o facilitando la diversificación de sus actividades para que puedan usar sus embarcaciones para otros fines además de la pesca.
Sin embargo, resulta preocupante que algunos de los europarlamentarios estén a favor de iniciar la asignación de dinero público para apoyar directamente la construcción de nuevos buques pesqueros. Lamentablemente, esto podrá incrementar aún más la sobrecapacidad y la sobrepesca ya existentes, es decir, se podría abrir la puerta a un tipo de subsidio considerado muy perverso. Por el cual, incluso el Tribunal de Cuentas Europeo se ha mostrado preocupado ante esta posibilidad.
En el pasado, la asignación de subsidios para la renovación de la flota condujo a un aumento de la capacidad pesquera por encima de los límites sostenibles en Europa. Este hecho implicó un aumento en el número de buques pesqueros y de su capacidad de pesca (a través del incremento de la potencia de los motores y de mejoras tecnológicas), mientras que los recursos pesqueros eran cada vez más escasos. Dando como resultado unas flotas que, en algunas pesquerías, eran entre dos y tres veces mayores al nivel considerado como sostenible.
Esta situación de exceso de capacidad ha llevado a la Unión Europea (UE) a una situación en la que la mayoría de sus poblaciones de peces de la que se disponen datos están sobreexplotadas (alrededor del 40% en el Atlántico y más del 85% en el Mediterráneo). Como resultado, la UE lleva cerca de una década tratando de recuperar las poblaciones de peces y está obligada a reducir la presión pesquera en sus aguas, y más todavía si quiere cumplir con su propia normativa pesquera, es decir, acabar con la sobrepesca y recuperar las poblaciones de peces a niveles sostenibles antes de 2020, tal y como obliga la Política Pesquera Comunitaria.
La UE acordó en 2004 eliminar gradualmente estos subsidios y a nivel global, además, está abogando activamente en foros internacionales por la prohibición de los subsidios a la pesca que contribuyen al exceso de la capacidad y de sobrepesca. La reintroducción de las ayudas a la renovación de buques en la UE podría provocar un retroceso de 15 años en la conservación de la naturaleza.
Surge la duda sobre ¿en qué medida España se preocupa por la conservación de nuestros océanos?
Con las próximas elecciones europeas a la vuelta de la esquina, ¿Preferirán los eurodiputados «pasar cheques» a sus regiones, mientras ignoran el problema de la sobrepesca y el mal estado de los océanos? ¿O por el contrario, decidirán gestionar los recursos públicos a favor del interés general?
¿Aprovecharán los eurodiputados españoles esta oportunidad para garantizar que el dinero asignado en el nuevo FEMP se emplee en la conservación del medio marino y en mejorar las prácticas pesqueras, de cara a obtener una pesca sostenible y minimizar el impacto que ejerce la pesca sobre el medio marino?
¿O bien optarán por mantener el status quo, propiciando la creciente degradación de los océanos mediante la construcción y modernización de los buques pesqueros?
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