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Pablo Pellicer García | ENT medio ambiente y gestión

 

El 20 de mayo nos llegaba la noticia de que España había entrado ya en déficit ecológico (sí, cada año lo pasamos antes)[1] y, al mismo tiempo, observamos cómo se consolidan discursos belicistas que hacen mirar con inquietud las próximas elecciones al Parlamento Europeo.

Y es que, tal y como veremos en el próximo número de Ecología Política (Violencias y extractivismos, a pocas semanas de salir del horno), la violencia es una condición indispensable en la lógica de explotación y contaminación del medio ambiente. Lo podemos ver en todo el planeta; desde la criminalización de protestas ecologistas en Europa[2], al auge de la minería ilícita y del narco en países de América Latina (Ecuador, México, Colombia, Brasil, etc.)[3][4], pasando, entre otros, por los genocidios en el Congo[5] o en Palestina[6], con imágenes que hacen estremecer.

El impacto de esta lógica es global y tiene estrechos vínculos con el cambio climático. Tal y como detalla un informe del Centre Delàs, en 2021 los principales países exportadores de armas representaban el 35,48% de la población mundial, pero contaban con el 82% del gasto militar global y eran responsables de dos terceras partes de las emisiones globales de gases de efecto invernadero[7]. Con las guerras en Ucrania o Gaza, todo apunta a que la tendencia ha ido al alza en los últimos años[8].

Pero no sólo son las bombas en sí[9]. A menudo, la violencia nace a causa del control de los recursos naturales y, a su vez, se despliega mediante estrategias muy concretas de privación de acceso a las necesidades más básicas por el ser humano: alimentación, agua y energía. Tristemente conocido es el ejemplo del apartheid hídrico y de impedimento de acceso a la tierra que practica el Estado de Israel sobre la población palestina[10],[11]. Las prácticas habituales en los territorios ocupados son atacar el medio, impidiendo sistemáticamente el acceso al agua y la destrucción de cultivos en la población palestina (algunos ejemplos son cartografiados en el EjAtlas[12]).

Sin embargo, el escenario energético no es menos convulso: mientras caen bombas sobre Gaza, la adicción a una energía “verde”[13] como es el gas, promueve el gasoducto “H2Med” como proyecto de interés comunitario de la UE[14]. En paralelo, los macro-proyectos de energías renovables se multiplican sobre los territorios ocupados en Cisjordania[15], siendo también el mismo capital que llega a nuestros propios macro-proyectos energéticos[16].

Los lazos de la economía globalizada son así y los impactos ecológicos y humanos son la moneda de cambio. Precisamente por este motivo resulta necesario buscar nuevos paradigmas que permitan avanzar hacia otros mundos más justos ambiental y socialmente hablando. En este contexto se formula el concepto de paz ambiental[17], que responde a las relaciones entre personas, el medio ambiente y su protección, contraponiéndose a los modelos basados ​​en los sistemas de seguridad militar. Tal y como detalla Pedro Arrojo (relator especial de la ONU sobre derechos humanos en el agua potable y en el saneamiento)[18], para alcanzar la paz ambiental es imprescindible garantizar el acceso de los pueblos a los recursos naturales y, especialmente, acceso al agua.

Esquemas como el de “Transición ecosocial en Cataluña. Una propuesta decrecentista”[19] pueden servir de esbozo para avanzar hacia la paz ambiental. Sin duda, nos encontramos en la antítesis de esta propuesta y, tristemente, suele ser más sencillo asumir distopías que pensar utopías. Pero debemos empezar a avanzar, nos va la vida.

 

[1] https://www.elsaltodiario.com/cambio-climatico/overshoot-day-espana-deficit-ecologico

[2] https://www.eldiario.es/sociedad/criminalizacion-activismo-climatico-causa-efecto-disuasorio-han-asustado_1_10839051.html

[3] https://www.fuhem.es/neoextractivismo-y-violencia-estatal-defendiendo-a-los-defensores-en-america-latina/

[4] https://www.nationalgeographic.com.es/mundo-ng/que-esta-pasando-ecuador-ola-violencia-sin-precedentes-pais_21392

[5] https://www.elsaltodiario.com/sidecar/crisis-intratable-republica-democratica-del-congo

[6] https://news.un.org/es/story/2024/04/1528826

[7] https://www.solidaries.org/actualitat/noticies/quina-relacio-hi-ha-entre-militarisme-i-crisi-climatica

[8] https://www.newtral.es/gasto-militar-espana/20240422/

[9] https://elpais.com/elpais/2018/05/11/ciencia/1526020774_826041.html

[10] https://www.elsaltodiario.com/analisis/econormalizacion-arabe-israeli-apartheid-hidrico-colonialismo-verde-palestina

[11] https://climatica.coop/apartheid-hidrico-israel-gaza-agua-guerra/

[12] https://ejatlas.org/

[13] https://www.publico.es/sociedad/parlamento-europeo-concluye-gas-nucleares-son-energias-verdes-equipara-renovables.html

[14] https://odg.cat/es/odgpremsa/diplomacia-energetica-en-pleno-genocidio-opinion-ctxt/

[15] https://www.elcritic.cat/reportatges/energia-limpia-en-territorios-ocupados-asi-funciona-el-greenwashing-en-israel-184326

[16] https://www.expansion.com/empresas/energia/2020/06/23/5ef13955e5fdea210b8b45a0.html

[17] https://www.fuhem.es/2023/09/27/que-significa-la-paz-ambiental-en-el-siglo-xxi/

[18] https://www.fuhem.es/2023/09/27/que-significa-la-paz-ambiental-en-el-siglo-xxi/

[19] http://www.garuacoop.es/wp-content/uploads/2024/03/decreixement_CAS_WEB.pdf