Hoy el proyecto Contaminació.Barcelona, impulsado por la Fundació ENT, publica el anuario de la contaminación en Barcelona 2020. A continuación listamos los destacados más relevantes:
- Este año los niveles de contaminación registrados en la ciudad son del todo excepcionales debido a las restricciones de movilidad y de actividad económica implantadas para combatir la epidemia de la COVID. Por primera vez en 20 años ninguna estación de medida supera los umbrales establecidos por la normativa europea y los máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud para el NO2 (40g/m3). En comparación con el año pasado, los niveles registrados han bajado un 28% en las estaciones de tráfico y un 25% en las estaciones de fondo.
- La contaminación por partículas PM10 también ha alcanzado valores mínimos históricos , aunque la caída ha sido menor que en el caso del NO2 . En las estaciones de tránsito se sigue por encima de los niveles máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (20g/m3) , pero por debajo de las obligaciones establecidas en la legislación (40g/m3 ), mientras que en las estaciones de fondo por primera vez se alcanzan niveles por debajo de los niveles máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
- El nivel de ruido durante la crisis de la COVID ha bajado un máximo de 4,9 dB, logrando durante algunas semanas niveles por debajo de los máximos recomendados por la OMS. Sin embargo, los niveles de ruido se han recuperado rápidamente. Los últimos datos publicados anuales – correspondientes al 2017- señalan que el 57% de la población vive por encima de los umbrales de ruido recomendados por la OMS.
- Gracias a los nuevos datos obtenidos este año estimamos que el nivel de tráfico en días laborables, con las características de flota actual, debería decrecer un 12% respecto a los niveles pre-crisis para garantizar que todas las estaciones se mantengan estructuralmente con una media anual por debajo de los niveles legales máximos establecidos en la UE por el NO 2. Se trata de un nivel de tráfico sólo ligeramente superior al que hemos tenido al periodo septiembre-diciembre de ese año.
- La COVID ha provocado una crisis de confianza en el transporte público sin precedentes. El uso de la red de transporte público ha sido de un 54% de los valores previos a la pandemia, y se prevé que en 2021 todavía no se recupere totalmente y se sitúe entre el 68 y el 80% de los niveles pre-crisis. Los bajos niveles de uso han comportado una crisis económica que puede poner en riesgo el sistema de transporte en su conjunto y las inversiones comprometidas para la mejora de la red.
- La COVID ha mostrado que es posible disponer de información actualizada y abierta del ruido en la ciudad, haciendo así posible la monitorización por parte de la ciudadanía de este problema y de su evolución. La consolidación formal de una red de seguimiento del ruido en la ciudad y la publicación de información en continuo y abierto debería ser una mejora prioritaria en este ámbito.
- La red de medida de la contaminación atmosférica sigue teniendo carencias y continúan evidenciándose la necesidad de mejoras en la evaluación de algunos contaminantes.
- Este año ha mejorado la transparencia en cuanto a disponibilidad de información territorializada de gases contaminantes gracias a la publicación de mapas de contaminación en abierto, y también ha mejorado la evaluación del impacto sobre la salud de la contaminación atmosférica.
- La crisis de la COVID nos ha permitido disponer de información abierta y actualizada de la movilidad en la ciudad a niveles mucho más detallado que hasta ahora. Es muy importante consolidar la información pública facilitada de manera estructural.
- En el año 2020 ha finalizado el alcance temporal tanto de la planificación específica contra la contaminación local como del ruido. No nos consta que el Ayuntamiento haya hecho ningún proceso participativo para llevar a cabo una nueva planificación respecto estos dos vectores, y manifestó que no cree adecuado hacer una nueva planificación respecto a la contaminación local. La falta de planificación puede conllevar la pérdida de iniciativa en algunos ámbitos.