El pasado 22 de octubre la Comisión Europea publicó su propuesta sobre las posibilidades de pesca en 2021 y 2022 de determinadas poblaciones de peces de aguas profundas [i]. Varias entidades ambientales han acogido con satisfacción los pasos positivos de la Comisión en seguir los consejos científicos de ICES (el organismo científico de referencia). Sin embargo, las entidades también lamentan que la propuesta no va lo suficientemente lejos como para garantizar la protección y permitir la recuperación de estas especies tan sensibles y únicas, algunas de las cuales se encuentran gravemente amenazadas. Este es el caso por ejemplo del Granadero de roca (Coryphaenoides rupestris), especie clasificada por la UICN como En Peligro Crítico de extinción [ii].
En un comunicado conjunto, varias ONG han lanzado una nota de prensa [iii] en la que instan a los responsables de la toma de decisiones europeos a establecer límites de pesca para las poblaciones de peces de aguas profundas de acuerdo con el asesoramiento científico, el enfoque de precaución y solicitan a su vez que se tenga en cuenta el impacto negativo de la pesca de estas especies sobre los frágiles ecosistemas de aguas profundas [iv].
La propuesta publicada por la Comisión solo incluye, por ahora, cifras concretas para las 3 poblaciones de peces de aguas profundas que son capturadas exclusivamente por la UE. Las 6 poblaciones restantes, al estar compartidas con el Reino Unido, se debatirán entre la UE y el Reino Unido, momento en el que ambas partes deberán trabajar conjuntamente para garantizar una gestión sostenible de las poblaciones de aguas profundas en el Atlántico nororiental. El estado de las poblaciones de aguas profundas y los hábitats en los que viven dependerá principalmente de la cooperación entre ambas partes.
Las especies de peces de aguas profundas tienden a ser de crecimiento lento, maduración tardía y longevas, aspectos que las hacen excepcionalmente vulnerables a la presión pesquera. Además, como resultado de las lagunas de conocimiento y de las graves deficiencias en su gestión, en Europa la mayoría de estas poblaciones están gravemente agotadas o se desconoce su estado, factores que también ponen en riesgo la viabilidad de las comunidades pesqueras que dependen de ellas. Por estos motivos, las entidades ambientales solicitan que se tomen medidas para recopilar datos e información, y aplicar con urgencia planes de gestión y recuperación para algunas de las especies más amenazadas, como por ejemplo los tiburones de aguas profundas [v].