Rosari Chifari | Fundació ENT
En los últimos años, la bioeconomía ha asumido un papel dominante en los documentos políticos de la EU promoviendo la transición verde en el sector primario y en las zonas rurales y exigiendo una transformación importante de los sistemas socio-tecnológicos. En el contexto de la bioeconomía, tales sistemas involucran recursos biológicos renovables que son esenciales para el sustento humano y diversos actores que son responsables de las transacciones de esos recursos biológicos. La interacción entre actores con diferentes perspectivas y prioridades y la gestión de recursos biológicos muchas veces en competencia por su consumo o mal administrados hacen más complejo el campo de acción de la bioeconomía circular. Además, en la UE faltan algunas voces importantes del sector primario y del mundo rural en la mesa de negociaciones para la introducción de productos y procesos bio-basados innovadores y sostenibles. A pesar del fuerte optimismo sobre el potencial que ofrecen las nuevas tecnologías de bioeconomía, sus oportunidades para el crecimiento económico al tiempo que se aborda el cambio climático1, queda recorrido para la bioeconomía hacia la implementación de modelos de negocios más circulares y sostenibles.
La pregunta es: ¿cuáles son las dinámicas de poder y quiénes son los principales actores que influyen en la transición hacia una sociedad circular y bio-basada? ¿Cómo planificar un desarrollo sostenible de la bioeconomía beneficioso para el sector primario que impulse el bienestar económico en las regiones rurales? Para garantizar que la bioeconomía promueva realmente el empleo, el crecimiento económico y la inclusión social en las zonas rurales, preservando al mismo tiempo la sostenibilidad de sus ecosistemas, es necesario incluir a los productores primarios en la toma de decisiones sobre la implementación de cadenas de valor de base biológica.
Los productores primarios de los subsectores de agricultura, silvicultura, pesca y acuicultura han sido identificados como actores clave de las bioeconomías de la UE en las zonas rurales. Según la CE, el 55% de los empleos en la bioeconomía europea en 2015 estaban en la producción primaria, generando el 26% de la facturación total del sector2. Los productores primarios no son sólo proveedores de biomasa sino también usuarios finales de innovaciones y productos de origen biológico, por lo que su papel en la bioeconomía es crucial y crítico. A pesar de su relevancia, los productores primarios ocupan una posición marginal dentro de los planes de desarrollo y marcos políticos sobre bioeconomía circular de los Estados miembros de la UE3. Actualmente, el núcleo de la red social de bioeconomía de la UE está formado principalmente por organismos gubernamentales, instituciones de investigación e industrias de productos bio-basados.
Para mejorar el rol de los productores primarios en la bioeconomía, la CE ha alentado «el despliegue de bioeconomías inclusivas en las zonas rurales»4. Sin embargo, la implementación de prácticas circulares y la valorización de la biomasa residual en productos biológicos aún es limitada, especialmente en las regiones rurales. Los productores primarios se encuentran con barreras administrativas, técnicas, políticas, regulatorias, económicas, sociales y lingüísticas para participar en cadenas de valor innovadoras en el ámbito de la bioeconomía circular. Las condiciones globales y los factores locales vinculados a los contextos geográficos pueden hacer que sea aún más difícil adoptar sistemas circulares bio-basados exitosos y viables en contextos rurales. De hecho, los desafíos globales, como el crecimiento de la población, el aumento sustancial de la demanda de alimentos, la sobreexplotación de los recursos de origen fósil y el consiguiente cambio climático, ejercen presión sobre los sectores primarios para aumentar la productividad y la eficiencia de una manera sostenible. Los productores primarios tienen un acceso limitado al conocimiento y las tecnologías para lograr una intensificación sostenible y, a menudo, no están al tanto de las prácticas circulares aplicables para valorizar sus materias primas biogénicas. El diálogo insuficiente y la limitada cooperación entre los actores relevantes (productores primarios, industria, centros de investigación, servicios de asesoramiento y otros actores regionales) han impedido el despliegue de modelos de negocio de procesos y productos circulares y bio-basados innovadores y económicamente viables a largo plazo. Además, el acceso insuficiente al apoyo financiero para invertir en infraestructura, equipos y capacidades técnicas actualmente constituye el principal cuello de botella que obstaculiza la implementación de proyectos de bioeconomía5.
Aparte de los desafíos reales a los que se enfrentan los productores primarios, existen otros desafíos percibidos. Parte de la comunidad científica está preocupada por el desarrollo de la bioeconomía y su impacto en las zonas rurales6. Dado que los mercados de la bioeconomía se centran en el crecimiento y la competencia, se ha acusado la bioeconomía de favorecer a los actores en el ámbito de la industria y la investigación excluyendo los pequeños productores primarios. Las políticas sobre bioeconomía deben hacer más para cambiar esto, ya que los pequeños productores primarios, la mayoría de las veces ignorados en el desarrollo industrial, son actores clave. La digitalización y la industrialización en las empresas rurales, fuertemente impulsadas por la estrategia Europea de la Bioeconomía2, son en parte percibidas como una amenaza por los pequeños productores primarios que pueden temer perder sus empleos y tradiciones. Además, la transformación adicional de las áreas rurales debido a la presencia de biorrefinerías no siempre es percibida positivamente. Por lo tanto, para los productores primarios es difícil ver esa conexión real entre la bioeconomía, el bienestar y el desarrollo rurales sostenible como se profesa en la estrategia Europea de la Bioeconomía2. Esta visión escéptica de la bioeconomía ciertamente está afectando su implementación, especialmente en las áreas rurales caracterizadas por granjas de pequeña escala.
Al planificar e implementar modelos de bioeconomía circular deben analizarse las especificidades para cada subsector primario. El enfoque de múltiples actores es necesario para identificar las perspectivas de los productores primarios, los conflictos y las sinergias potenciales con otros actores involucrados en las cadenas de valor de productos bio-basados. Procesos participativos activos pueden ayudar a crear debates entre los actores relevantes y generar un intercambio justo de beneficios a lo largo de estas cadenas de valor. Los productores primarios deberían participar en sesiones de capacitación/formación para mejorar su conocimiento al mostrar ejemplos exitosos de bioeconomía circular relevantes para sus contextos locales. Una vez empoderados, los productores primarios deben ser parte de la mesa de negociación para contribuir a la creación de cadenas de valor sensibles al contexto que valoricen la biomasa local según los principios de circularidad y sostenibilidad. La participación continua de los productores primarios en tales procesos puede ayudar a incorporar sus necesidades, prioridades, habilidades, conocimiento, valores y capacidades. Si un modelo de negocio de bioeconomía es económica, social y ambientalmente beneficioso para los productores primarios, eso debe probarse con evaluaciones multicriteria de rendimiento desarrolladas ad-hoc. Este enfoque puede ayudar a los productores primarios a percibir las ventajas de la bioeconomía y verla como una oportunidad para crear empleo y desarrollo en territorios rurales productores de biomasa.
Son necesarias estrategias claras que incluyan los posibles impactos de la transición hacia una bioeconomía sostenible sobre la pobreza, la desigualdad, la salud pública y el efecto directo en los productores primarios. Las instituciones a nivel regional y nacional juegan un papel clave en la preparación del campo para dirigir el desarrollo de la bioeconomía. La bioeconomía no puede considerarse sostenible per se y por eso necesita establecer la sostenibilidad como un objetivo central para contribuir a un desarrollo respetuoso del medioambiente5. Los decisores políticos comprometidos a proteger las áreas rurales y garantizar beneficios a los productores primarios están llamados a configurar políticas intersectoriales más fuertes que incluyan incentivos fiscales, financiamiento específico y regulaciones para promover prácticas biológicas sostenibles tanto desde un punto de vista ambiental como de las economías locales.
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[1] OECD 2023. Carbon Management: Bioeconomy and Beyond
[2] European Commission 2018. A sustainable Bioeconomy for Europe: strengthening the connection between economy, society and the environment. Updated Bioeconomy Strategy
[3] Park et al, 2022. What does an inclusive bioeconomy mean for primary producers? An analysis of European bioeconomy strategies. https://doi.org/10.1080/1523908X.2022.2094353
[4] EC, European Commission, 2021. Commission staff working document accompanying the document: Communication from the Commission to the European Parliament, the Council, the European economic and social committee and the Committee of the regions, A long-term Vision for the EU’s Rural Areas – Towards stronger, connected, resilient and prosperous rural areas by 2040, Brussels, COM (2021) 345 final.
[5] Hinderer et al., 2021. Transition to a Sustainable Bioeconomy. https://doi.org/10.3390/su13158232
[6] Ciervo M., 2022. From «Bioeconomy Strategy» to the «Long-term Vision» of European Commission: which sustainability for rural areas? https://doi.org/10.4000/11rcj