Dr. Luís Campos Rodrigues i Dr. Ignasi Puig Ventosa | ENT
Septiembre 2017
Las plantas de tratamiento de la fracción orgánica de residuos municipales (FORM) recogida selectivamente, además del objetivo de gestión de esta fracción, tienen como finalidad generar un compost de calidad satisfactoria para su uso como fertilizante en actividades como la agricultura y la jardinería.
La calidad de este producto se ve influida por varios factores, entre otros, la presencia de impropios, es decir, de materiales no biodegradables tales como vidrio, metales, plásticos, residuos especiales (p.e. baterías, medicinas), etc. Esto se explica por el potencial que tienen los impropios de transferir contaminantes al compost, así como de dificultar los procesos de tratamiento (p.e. contribuyendo al mal funcionamiento de la maquinaria) y, por tanto, de influir negativamente en la calidad del compost.
En 2006 la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) comenzó a realizar una caracterización trimestral de los circuitos de recogida selectiva de FORM existentes en Cataluña, disponiendo de información sobre la cantidad de la FORM recogida, así como de su contenido detallado a nivel de impropios. Esta serie de datos fue analizada en un primer estudio realizado por ENT, centrado en la identificación de los principales factores que determinan la presencia de impropios en la FORM. Entre los principales resultados del estudio, se identificaron factores de orden socioeconómico y características de los modelos de recogida (p.e. la recogida puerta a puerta o el impulso de las bolsas compostables) que explican el nivel desigual de impropios en la FORM recogida por los municipios.
Además, desde el año 2010, la ARC también dispone de una base de datos que incluye las características técnicas de 21 plantas de tratamiento de la FORM de Cataluña (p.e. capacidad técnica de tratamiento, tipo de tecnología, duración de los procesos de descomposición de la FORM y maduración del compost, etc.), así como diversos parámetros de calidad del compost (p.e. conductividad eléctrica, grado de estabilidad, presencia de metales pesados, pH, etc.).
A partir de las bases de datos anteriores, y considerando el período comprendido entre 2010 y 2014, se realizó un nuevo estudio centrado en el análisis estadístico de los efectos de los impropios y otras variables en la calidad del compost, mesurada a partir de las siguientes variables: niveles de metales pesados (zinc, plomo, cobre), conductividad eléctrica y test de autocalentamiento. Este trabajo fue encargado por la ARC y desarrollado por ENT Environment & Management y por el Dept. de Ingeniería Agroalimentaria y Biotecnología, de la Escuela Superior de Agricultura de Barcelona (ESAB) de la UPC.
Entre sus principales resultados, se observó que el compost presenta, a nivel general, un buena calidad, aunque existen algunas diferencias entre las plantas analizadas. El nivel medio de impropios presentes en la FORM tratada se situó en el 13,9%, con preeminencia de plásticos, bolsas de plástico y papel. El desarrollo de varios modelos de regresión permitió verificar cuantitativamente el efecto negativo de los impropios, tanto de forma agregada como específica (p.e. bolsas de plástico, impropios especiales), en todas los parámetros de calidad analizados.
Los dos estudios citados prueban la relación entre las características del modelo de recogida y los niveles de impropios, y a su vez la relación entre el nivel de impropios y la calidad del compost.
Los principales objetivos europeos sobre residuos (el objetivo del 50% de reciclaje derivado de la Directiva Marco de Residuos y sobre la reducción de aportaciones de residuos biodegradables en vertedero) impulsan la recogida selectiva y tratamiento de la FORM, pero no impulsan la calidad los materiales recogidos y de los productos obtenidos. Y ambos temas son importantes, porque el ciclo no se cierra si el compost no tiene la calidad necesaria y, por tanto, conlleva cierta dispersión de contaminantes.
En este sentido, hay oportunidades de mejora de la calidad de la FORM recogida selectivamente, por ejemplo, a partir de la (continua) promoción de la necesidad de una buena separación en origen en los hogares y otros productores de residuos municipales, y de modelos de recogida que promuevan la reducción de los impropios, como la recogida selectiva puerta a puerta. Por último, hay oportunidades de mejora del conocimiento del efecto de los impropios y otros aspectos asociados a las características de las plantas de tratamiento en la calidad del compost.